miércoles, 2 de abril de 2008

Belleza y emoción

Contar historias, reír, llorar, emocionarse, vibrar, entrar en contacto con miles de mundos posibles, encontrarse ante situaciones insólitas, morir y nacer de nuevo, viajar al punto más recóndito del universo… es burlar nuestra pobre condición y soltar las cadenas, librarnos de todo aquello que nos atenaza y sentir un intenso soplo de vida nueva.
En este delicioso placer de contar sólo disfrutan quienes han sentido la angustia de las palabras. Quien carraspea con el aire al respirar, y le duelen o alegran las cosas de los demás. Quien sueña con lo sencillo, acaricia lo frugal y es capaz de sentir lo más ingenuo del mundo. La escritura es por igual un medio de comunicación y un instrumento para descubrimientos personales. Conforme escribes, aprendes mucho más sobre lo que sabes, sobre lo que crees que sabes y sobre lo que sabes que no sabes. Como decía Cervantes, quien sabe sentir, sabe decir (y no al revés).
Los pequeños acontecimientos pueden ser trascendentales. Esto lo sabe Eloy Tizón y prueba de ello son estos 13 relatos que componen "Parpadeos", cuya lectura es una experiencia deliciosa. Él mismo ha explicado que el libro tiene mucho que ver con la provisionalidad, la fugacidad, las ausencias, los barridos de imágenes o los rastros" de la vida. En una entrevista dice: "ningún mercado impedirá que un loco se encierre en su cuarto para producir belleza y emoción; y que otro loco, más tarde, lea esas páginas". Bienvenido al manicomio.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha gustado tu artículo sobre todo el párrafo donde dices "Conforme escribes, aprendes mucho más sobre lo que sabes, sobre lo que crees que sabes y sobre lo que sabes que no sabes"... lo he estado pensando y es totalmente cierto. Hablando no pasa tanto pero escribiendo de algo que creías que no podías casi escribir sobre ello... te sorprendes y acabas contando mogollón de cosas. Es sorprendente la mente humana, guardamos y sabemos más de lo que nos creemos que sabemos. Un saludo, Adela

Al59 dijo...

Salud, Adela. No he leído sus otros libros (va siendo hora), pero el primero de este autor, La página amenazada, me impresionó muchísimo (y me sigue impresionando). Aquí recuerdo algún pasaje.